Lesley Duthie




Mi madre influyó mucho en mi amor por las muñecas. Fue más adelante en su vida que decidimos retomar su colección viajando a tantos lugares como pudiéramos para coleccionarlas. Tras regresar de nuestro primer viaje juntas, descubrió que tenía cáncer. Murió a los seis meses, así que decidí honrarla creando esa colección de muñecas en su memoria. Mi madre también me maldijo diciéndome: «No compres lo que puedas hacer tú misma». Huelga decir que me embarcó en la aventura de aprender todo lo posible sobre la fabricación de muñecas. Tener un título en Arte de Montana no me vino mal, pero aun así, no me expuso al tipo de fabricación de muñecas que quería hacer. Ser madre de niños pequeños en aquel entonces tampoco me daba mucho tiempo libre para aprender. Una vez en particular, recuerdo haber entrado en una tienda de cerámica donde daban clases de muñecas y le pedí a la dueña que me enseñara todo lo que pudiera, ya que tenía a mi marido y a mis tres hijos esperando en el coche. Fue genial, me envió a casa con cerámica verde y compré mi primer horno. Aquí también fue donde empecé a amar la textura de la porcelana. La suavidad de la arcilla, el brillo de la translucidez y la libertad del proceso de pintura me cautivaron.
Durante un par de años, luché sola. Aprendí, descarté y forjé una relación con la porcelana. Entonces, decidí compartir esta aventura y publiqué un anuncio para ver si alguien quería compartir esta pasión conmigo. Empecé con cuatro mujeres, pero durante los tres años siguientes, saqué al grupo de casa y abrí una tienda de muñecas. Enseñaba a 60 personas a la semana y viajaba más de 160 kilómetros una vez a la semana para compartir la diversión y la emoción de hacer muñecas. La vida cambia, y por eso, he trasladado mi negocio no una, sino tres veces a través del estado de Montana, terminando en Alaska y luego de vuelta a Montana debido a los cambios de carrera de mi esposo. Ahora, he vuelto a Montana y he conocido a más gente de la que jamás imaginé a través de este medio de fabricación de muñecas. Pero también me he dado cuenta de que el deseo de quienes hacen sus propias muñecas estaba cambiando, así que hace 15 años, decidí emprender un nuevo camino y aprender a esculpir mis muñecas únicas. Esta ha sido otra aventura llena de lecciones y desafíos, pero poco a poco he ido desarrollando mi estilo con mis personajes mágicos y su toque de fantasía. Siempre comparten sus historias conmigo mientras los creo, y les encanta compartir sus aventuras a través de mi blog en mi sitio web. Siéntate, trae tu bebida favorita y escápate al Reino de Wymsy.